El crepúsculo de las compañías discográficas

Por Silvano Rosas

En la reproducción de música digital, el oyente no se percata, y posiblemente ya ni le interesa conocer el nombre de la compañía discográfica que representa a su cantante o grupo favorito, y mucho menos de su importancia e impacto cultural como marca distintiva de un género musical en concreto. Evidentemente, no hay sitio en la pantalla de una tableta o dispositivo móvil para colocar una etiqueta como antaño en un vinilo o distintivo impreso en un disco compacto o cassette.

Atlantic Records, Motown, Columbia, A&M, Warner Bros, RCA, Capitol, Mercury, Arista, EMI, Geffen, Polydor, Chrysalis, Sire, Casablanca, Epic, Island, MCA, Elektra, London, Virgin, Jive, Decca, Reprise, y así muchos otros tantos nombres de empresas discográficas que apostaron en su momento por desconocidos que hoy son grandes figuras, pasarán inevitablemente al olvido en la mayoría de las mentes de muchos “consumidores de música”. El cambio, es inevitable e irreversible. No hay posibilidad de marcha atrás.

 

Mentes adelantadas ya hablan de YouTube y hasta de Instagram como sellos de posibles futuros nuevos artistas. Sin embargo, la entrada al cuadrilátero de los fondos de inversión hace más compleja la pelea al disponer de mejor equipamiento deportivo para ganar este nuevo combate por impacto fulminante. Para muchos profesionales del sector, esta puesta de sol o crepúsculo de las compañías discográficas tradicionales, es una mera cuestión de tiempo.